Por 33 años me pase representando en las tablas de la vida al borrachito de a varo, al eterno inconforme, al mediocre depresivo, al padre irresponsable que evadía todo, al esposo quejumbroso y lastimero, a la falsa victima que siempre salía perdiendo, al vicioso de mierda, al aZeZino de ilusiones y esperanzas, al perdedor resignado, al estúpido cerrado estacionado...
Hoy, escribo día a día mi protagonista, después de tanto tiempo de representar pobres diablos, creo que ya me lo merezco...
No sé cuanto tiempo dure sobre el escenario, o vuelva a mi rol anterior...
No lo sé...
Tal vez mi muerte esta cerca...
Al menos quiero morir en la cúspide.